EL BALDAQUINO DE SAN PEDRO

EL BALDAQUINO DE SAN PEDRO



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1. IDENTIFICACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LA OBRA:

1.1 Nombre: El Baldaquino de San Pedro.
1.2 Autor: Gian Lorenzo Bernini.
1.3 Localización: Ciudad del Vaticano.
1.4 Estilo y época: Arquitectura Barroca.

2. ANÁLISIS TÉCNICO DE LA OBRA:

-Tipología:  Baldaquino.

-Elemento constructivos: 
Son cuatro columnas salomónicas rematadas en ménsulas onduladas. Las columnas tienen el fuste dividido en tres partes. Encontramos cuatro volutas triples, trabadas a la enérgica curvatura del entablamento, que imprime mayor dinamismo y transparencia, estamos ante una grandiosa estructura escenográfica.

-Elementos decorativos:La columna inferior decorada con estrías y las demás con tallos y hojas de parra menudas. Está rematado por una cruz. El movimiento ondulante de las columnas suaviza su enormidad, y rellena el gigantesco espacio de la cúpula.

Atrae hacia sí las miradas y las dirige después hacia el espacio circundante, y, a su vez, por el color oscuro y dorado del bronce, crea un atractivo contraste con el blanco de los pilares que sostienen la cúpula, con cuya rectitud contienden los fustes contorneados de sus columnas.

Las abejas del escudo familiar de los Barberini campean en los lambrequines de la cubierta y el sol resplandeciente, otro símbolo familiar, brilla sobre los entablamentos de las columnas. Tan perfecta es la ilusión de ser una estructura en movimiento, que las gualdrapas del remate parece que las zarandea el aire.

3. ANÁLISIS FORMAL DE LA OBRA: 

-intencionalidad y relación con el entorno espacial: Bernini superó las soluciones convencionales de los baldaquinos realizados como obras arquitectónicas con forma de templo, diseñando una estructura dinámica que es, a un mismo tiempo, arquitectura, escultura y decoración. 


-FunciónReligiosa. 

4. INTERPRETACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN DE LA OBRA:

Antes del papado de Urbano VIII, bajo el que concluyó la obra de la basílica, se venían utilizando en su interior baldaquinos temporales durante la cuaresma y otras celebraciones eclesiásticas.​ En aquellos años la mayoría de las basílicas más importantes de Roma contaban con baldaquinos permanentes. Se trataba de un concepto que venía manteniéndose desde el habitual dosel de los antiguos catafalcos y en los palios con los que se exaltaba a los papas y a los monarcas de España.

Bernini recibió este importante encargo cuando solo tenía 25 años. A lo largo de su carrera sus obras siempre tuvieron una gran carga escenográfica, circunstancia que probablemente fue muy tenida en cuenta por Urbano VIII, que buscaba magnificar su imagen personal junto a la de la Iglesia católica en un período muy convulso para la misma. Por eso la obra está llena de simbolismo, como la asimilación del templo de Salomón para la fe católica a través de sus columnas y el vínculo que crea entre la bóveda celeste representada por la cúpula, la autoridad papal y expresamente la suya personal, y el apóstol que subyace en la cripta, todo ello en el mismo eje vertical.
El trabajo comenzó en 1623 y terminó en 1634 y tiene la función de resaltar y enmarcar la presencia del altar papal que de otro modo podría resultar insignificante, desangelado, en la inmensidad del templo. Por otro lado, recupera la tradición paleocristiana de situar los altares sobre las tumbas de los mártires y bajo baldaquinos. Esta obra maestra del estilo barroco fue realizada en el taller de Bernini, siendo Pietro Bernini, su padre, el primer oficial y contando con la colaboración de Francesco Borromini a partir de 1629​ hasta el final de la obra, antes de que surgiera una gran rivalidad entre ambos. Otros artistas contribuyeron a la decoración escultórica, como su hermano Luigi Bernini, Stefano Maderno, François Duquesnoy, Andrea Bolgi y Giuliano Finelli.
Como curiosidad:
Esta obra generó muchos problemas. Como el de la provisión de los materiales, que Bernini, seguro de la concesión pontificia, resolvió expoliando todo el bronce del Panteón, lo que suscitó numerosas críticas, entre ellas las del médico papal G. Mancini (culto coleccionista y experto en pintura). Otro problema fue la ubicación de la estructura definitiva que sustituiría a la provisional erigida sobre el altar mayor, un lugar caracterizado arquitectónicamente. 

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